Ha sido una experiencia única, un doble bautismo. Ha sido la primera vez que he pilotado una moto de gran cilindrada de calle y hacerlo de noche ha sido muy emocionante. Primero hemos comenzado a rodar sólos para tomar confianza y valorar bien la visibilidad de las señales y banderas, después todos juntos hemos simulado una situación típica de carrera con varios adelantamientos para evaluar el problema de las sombras. El resultado ha sido sorprendente. En las tres curvas iluminadas no hemos tenido ningún problema. Después hemos probado a girar reduciendo la iluminación un 30% y luego un 60%. Hasta un 30% no había problema, pero a partir de ahí, las sombras comienzan a molestar. A bordo de dos de las motos se han montado cámaras para valorar también la calidad. Ha sido un experimento divertido y tengo que decir que no hemos andado con chiquitas, al final de recta hemos alcanzado los 290 km/h sobre mi CBR 1000!